Foto Tiguaz
La letra temblorosa de tu mano
que plasmaste en el sobre de una carta
conmovió un sentimiento tan cercano,
imaginé tu semblante cariharta.
Fotocopia del
paso de la vida,
camuflada, escondida en los renglones
como signos inefables de una huida
de una muerte
pegada a los talones.
El correr sin descanso de los años
consumidos quizás muy tan deprisa,
ya sabes lo que digo, María Elisa,
son esos los causantes de los daños.
Yo te adoro, querida madre mía,
y pido que sea eterna tú estadía.