espérame en el cielo, hasta mañana
que cuando llegue la hora aun lejana,
me des desde la puerta bienvenida.
En la tarde, siendo hora de tu entierro,
entre cantos, mil cantos celestiales
la luz que va filtrándose a raudales
anuncia tu partida a tal destierro.
El recuerdo de todos te acompaña,
de tu esposa, Laudina, los amigos
de tus nietas, ya sabes y mañana..
lloraremos tu ausencia hasta el arribo.
Y Marisa con Pepe en la distancia…
vélanos desde el cielo, buen amigo.
Foto Tiguaz