La repisa del mar guarda el recuerdo
que van dejando pasos en la arena
aquel sabor fugaz de hierbabuena,
entre tu brisa ardiente ya me pierdo.
Es un toque sutil de
aquel recuerdo
de a lo lejos me amarra
la cadena
el mágico color que
lo condena
en su claro jardín
hasta me pierdo.
Si me llamas
susúrrame al oído,
emplea con mesura
las palabras
recuerda el otro
tiempo que has vivido
las puertas bien
cerradas con bisagras.
Retorna ya que sé
que aún no te has ido
es el vivir de amor lo que consagras.