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martes, 20 de febrero de 2018

TU SOMBRA



     Foto Tiguaz
 Vi tu sombra ceñida a mi cintura
sin apenas rozarme, suavemente,
cual un susurro de agua resurgente
que proviene quizás de la espesura.

Bien sabes conocía tú hermosura
como si fuera un viento renaciente,
el regalo de amor más consecuente
que llevaba  sin duda a la locura.

Las manos enredadas en mi pecho,
mis labios impregnados de los tuyos
masticando despacio los murmullos

que fueron apagados en mi lecho.
De mis palmas surgieron ovaciones,
no me pidas ni quieras soluciones.

bea no puedo responder a tucomentario, el equipo no  me deja,muchas  grecias por tu  cmpañia

jueves, 8 de febrero de 2018

LA SOLEDAD DEL GENIO



      Foto Tiguaz
Aquella inmensa soledad del genio
perdido en esas múltiples ficciones
 a la postre no encuentra soluciones
que pudieran colmar todo su apremio.

Sumergido en un tal dispar infiero
situaciones lejanas no pactadas
envuelto en aquel un halo de misterio
       que fueran como antes acalladas;    

la luna que asomaba entre las nubes,
el viento a borbotónes en la cara
 la palabra hasta el fin apasionada
mirando va a la tropa de querubes.


lunes, 5 de febrero de 2018

EL VOTO



Foto Tiguaz

El voto preguntaba a quien votarle
 y solo aquel silencio respondía,
callada  por respuesta que algún día
quizás antes pudiera contestarle;

es absurdo escuchar a aquel que parle
como el oír la alegre melodía
que suene a una tan grande algarabía
 del discurso irreal de aquel que charle.

Uno dice recorto las pensiones,
otro finge arrancarse los cabellos,
siendo el pueblo quien sufre pisotones

viviendo deslumbrado por destellos.
¿Que pretenden, guardar las intenciones
o una vida sin mínimos resuellos?

QUERIDO ADIOS




       Foto Tiguaz

Querido adiós, hoy  vengo a despedirme
por si alguien celebrara  mi regreso,
dejando en mis mejillas solo un beso
de las buenos, los grandes, el más firme.

Me voy con golpecitos en la espalda
sin apenas hacer nada de ruido,
quizás un sentimiento mal herido
de color muy parejo a la guirnalda.

Este tiempo de paso encadenado
de rodares  sin nadas, de puntillas,
con perfumes de flores amarillas

que repartiera un pétalo dorado.
 Un ramo de deseos tan sentidos,
 austeros, delicados y vividos.
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