Si fuera quien de hacer una guirnalda
bien trenzada de flores de recuerdo
entregarla en tu noche, buen acuerdo,
colgarla sigiloso de tu espalda.
Te vería con pose de Giralda,
con perfume que enganche hasta al mas lerdo
por si quieres acaso que algún cuerdo
te persiga pisándote la falda
cuando bailes la danza que imagino.
En la noche, solsticio de verano,
entre palmas y olés de algún vecino,
que en tu bailar tomaría tu mano.
Ya ves Luna, tacones en la noche,
la Giralda se mueve cual humano.