Foto Tiguaz
En el puente de mando,
al lado de su Capitán, recostando la cabeza en su hombro, a través de la
ya casi desvanecida niebla, se recortaba la silueta de Tupac.
El desacompasado sonido de las anclas rompiendo las
cristalinas aguas y el leve tirón que las convulsionó al engancharse en los
bajos arenosos, daban por terminada la corta travesía.
De la cubierta del Nuestra Señora de las Mercedes, se
arriaban tres botes, de las bodegas, convenientemente trincados y suspendidos
por una maraña de redes, afloraban en un número indeterminado, numerosos cofres
que albergaban en su interior todo tipo de objetos preciosos, a fin de cuentas,
parte del botín que los anglo-holandeses pretendían.
Sudorosos
marineros, remaban febrilmente intentando alcanzar un lugar oculto de la isla de Faro. Una fuerte corriente a
partir de un punto que no sabrían precisar, hizo que el bogar fuera innecesario,
una gran oquedad surgida de la nada se abrió ante sus ojos. La bajamar reinante
la hacía por momentos más perceptible. La ardua tarea de alijar en lugar seguro
aquella pesada y preciada carga, estaba llegando a su fin. La línea de
flotación del barco dejaba al descubierto una buena parte de la madera que
durante un largo tiempo había permanecido sumergida indicando así el aligeramiento de su carga.
Velas corsarias se podían ver a lo lejos, el San Juan levaba
anclas y a muy corta distancia se colocaba a estribor del Santo Cristo de
Maracaibo. Una certera andanada de su artillería lo desarboló casi en su
totalidad, el otro, salía al encuentro de los ingleses. Solamente Tupac a la
caña lo conducía certeramente a la entrada de las furnas. En un momento desaparecía
de la vista de todos.
Los otros dos, en esta ocasión a la caña del San Juan, Vicente
Alvarez a toda vela al encuentro de los ingleses. Las troneras de ambos,
abiertas, el artillaje bien alimentado por sus servidores que amontonaban todo
tipo de proyectiles en cubierta.
La diferencia de fuego era notablemente desigual,
desproporcionada.
Un certero cañonazo del corsario Wilson directo a la
santabárbara hizo astillas al Nuestra Señora de las Mercedes, que con su tripulación
se volatizo sobre la Mar Océano, el San
Juan, poco podía hacer, dado el corto velamen que desplegaba, de todas
maneras, vendió cara su derrota tocando por varias veces el casco de su
perseguidor, su hundimiento y su coraje fue agónico.
Tupac, dejaba embarrancar su desarbolado barco, el castillo
de popa se había convertido en su fortín, acompañada de varios mosquetes y una
importante cantidad de pólvora, esperaba
impaciente acontecimientos. Al cabo de unos días sin que nada notable
sucediera, decidió saltar a tierra para así reconocer el terreno sopesando
todos los factores que pudieran incidir
en su supervivencia.
Arrastrado por el mar, mansamente a sus pies, un sextante,
una brújula y tallado en un trozo de madera el nombre de Nuestra Señora de Las
Mercedes, el galeón en que durante tantos días de navegación los acompañara
fielmente.
Ahora, con el paso del tiempo, con el paso de los siglos,
en las claras noches de luna, cuando el viento del sur sopla con suavidad, en
las Islas, se escucha una dulce voz que los marinos atribuyen a la bella Tupac
que desde entonces sigue vigilando el tesoro a la espera de que regrese su
amado Capitán.
Por si pudiera ser de su interés, las Islas Cies están
situadas a 42 grados 15 minutos de
Latitud Norte ocho grados 54 minutos de Latitud Oeste y dan abrigo a la
Ría de Vigo.
El pécio del Santo Cristo de Maracaibo, es el único de la
Flota de Indias que nunca fue localizado.
E.G.A.
SE ESCURRE LA VIDA
Se me escurre la
vida entre los dedos
en cada hora que
pasa, los minutos,
y los siento
lejanos, tan abruptos
alimento continuo de estos miedos.
Susurros tan distantes, casi quedos,
absurdos
triviales tan diminutos
vestidos de
uniforme, negros lutos,
pudiendo así sonar a falsos credos.
Si es de día
quisiera fuera noche,
por la tarde quizás
que madrugada
si en el verano un agua salpicada
contenedor repleto de reproche;
más que importa el
andén donde te encuentras
porque al fin es el
fondo de tus letras.